Otro testimonio digno de todo respeto es el de la muy reverenda madre Francoise-Madeleine de Chaugy, secretaria de Santa Juana de Chantal, y superiora del course book monasterio de la Visitaci'on. En la cr'onica de las vidas de las religiosas de este monasterio, que fue publicada en 1956, nos relata c'omo durante la v'ispera de San Juan Bautista una de las religiosas m'as piadosas y sus compa~neras.
Esta apariencia de macho cabr'io, que a menudo se le confiere a Satan'as es, sin lugar a dudas, un recuerdo de toda una serie de tradiciones de la antig"uedad: el macho cabr'io es el animal que se sacrifica en Roma a Dionisios, quien se reviste de su piel. Entre los jud'ios exist'ia la costumbre del chivo expiatorio, al que pasaban todos los pecados del pueblo, antes de ser abandonado en el desierto. Es tambi'en la personificaci'on del s'atiro, del dios Pan de los campos, la s'intesis de la antidivinidad.
No debe despreciarse tampoco, en la >.
La misa o misa negra, suele, en algunos relatos de sabbats sustituir o acompa~nar al banquete. Pero prefiero no hablar de ella ahora, y dedicarle un pr'oximo ensayo, por su importancia entre las ceremonias m'agicas.
Tras la congregaci'on ante el macho cabr'io, el banquete y/o misa negra y la danza, las brujas acostumbraban a tener toda clase de pr'acticas carnales con la multitud de demonios que compon'ian la corte de su se~nor Satan'as. Esta era la parte que parec'ia m'as espantosa a cualquier posible testigo no iniciado, que hubiera podido divisar, convenientemente oculto, el aquelarre.
Aunque no eran muchos los arriesgados que se atrev'ian a curiosear en los sabbats. Cuando los gritos y la m'usica llegaban -en plena noche- a o'idos de los devotos y p'ios creyentes, 'estos se apresuraban a cerrar y barrar puertas y ventanas, persign'andose y teniendo puesto el ojo sobre sus ni~nos peque~nos, que corr'ian el epligro de ser convertidos en manjar diab'olico. Todos ellos sab'ian lo peligroso que era enfrentarse a la magia.
La creencia en el sabbat de las brujas es firme e indiscutida de los siglos que van del xv hasta finales del XVIII, y mir'iadas de mujeres son llevadas a la hoguera por los tribunales de la Santa Inquisici'on por haber confesado, bajo tortura o de buen grado, haber asistido a tales reuniones demon'iacas.
La brujer'ia, con todas sus facetas, de las que el sabbat es la m'as
